El sábado por la tarde acudimos a la comunidad terapéutica de Proyecto Hombre a realizar un taller de chapas con los residentes.
Cristina, su terapeuta, nos recibió y nos presentó. Nos encontramos con un grupo de chicos y chicas dispuestos a aprender que acogieron con interés la propuesta que les hacíamos.
Tras una primera explicación de la dinámica a seguir, empezamos con la actividad. AL principio costó un poco pensar el diseño, pero pronto, la imaginación, el compartir distintas ideas y posibilidades, y, sobre todo, el pensar en las personas a quienes se las iban a regalar, les ayudó a ponerse en marcha y a confeccionar las chapas.
Fueron múltiples y muy diversos los motivos utilizados: fotos, recortes de revistas, dibujos elaborados por ellos mismos, los anagramas de grupos musicales...
Y los destinatarios también los tenían muy claros. Querían que fueran un regalo especial para los hijos/as, las madres, los sobrinos, los amigos.
A lo largo de la tarde fuimos conociendo, de manera coloquial e informal, pequeñas pinceladas de sus vidas y se fueron convirtiendo para nosotros en rostros, nombres concretos, todos ellos distintos, especiales.
Nos fuimos de allí, tras una interesante experiencia, con la sensación que tantas veces comentamos los voluntarios: recibimos más de lo que damos.
Gracias a Proyecto Hombre por esta posibilidad que nos brindó de colaborar en esta magnífica tarea que desarrollan en Comunidad.
Esta iniciativa ha abierto un campo de colaboración que queremos seguir alimentando y cultivando. Como quedamos con ellos, volveremos.
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